- En mí se crea una nueva gratitud por no haber recibido todas las ondas y olas de castigo e ira de Dios por el pecado que cometí. Cada clip de vídeo pornográfico, cada fantasía, cada masturbación merecía una saeta desde el cielo, como el fuego que quemó a Sodoma. Sin embargo, la propiciación de un hombre, la provocación que Cristo hizo en la cruz para recibir el castigo, me libró de esa horrible muerte.
- Irónicamente, yo tuve en mis manos la decisión de aceptar la cruz o rechazarla. ¡En verdad la cruz es necedad para el que no cree, para los hombres como Ernesto que pensaban que podían rechazar un enorme sacrificio! ¡Como si tuviera mi propio destino en mis manos y reconozco que en verdad amé más al pecado que a Cristo!
- He sentido en mi cuerpo el poder de Dios; lo he sentido en mi mente y en la creación de un nuevo Ernesto, con nuevos pensamientos, nuevos hábitos y nueva vida. La cruz ha sido poder de Dios en mi vida.
- Supongo que encontraré esta forma de pensar (la que yo tenía) en mis alumnos, e incluso argumentos distintos para rechazar la cruz. La Palabra de Dios es la MEJOR arma que tengo para ayudar a un hombre a ser libre. Mi experiencia (irónica y absurda, de desprecio de ese sacrificio), es otra arma que se convierte en la derrota del enemigo.
viernes, 26 de octubre de 2007
Ahora entiendo que fui librado de la ira de Dios
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