Aplicar gracia es el mejor antídoto para ministrar una vida llena de orgullo. (Paráfrasis del episodio del 2 de Octubre reciente, en Vaya con Dios; del libro Un Líder como Jesús).
El orgullo ha sido una de las barreras que apartan la vida de un hombre de la libertad. El orgullo es esa fortaleza que se construye alrededor del corazón para evitar ser lastimados y expuestos. Es el resultado de ministrar dando de palos al necesitado, en vez de ver a una persona en la medida de sus necesidades. Aplicar gracia significa tomar con firmeza una vida, y permitir que se construya primero un puente en la relación con quien necesita ayuda.
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