martes, 9 de octubre de 2007

Nuestro mayor temor es que somos poderosos sin medida.

Nuestro mayor temor no es que somos inadecuados.

Nuestro mayor temor es que somos poderosos sin medida.

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.

Nos preguntamos a nosotros mismos, ¿quién soy yo para ser brillante, fabuloso, atractivo, talentoso?

De hecho, ¿quién eres tú para no serlo?

Tú eres un hijo de Dios.

Tus actitudes de pequeñez no sirven al mundo.

No hay nada genial en encogerse para que otros no se sientan inseguros alrededor tuyo.

Nacimos para hacer manifiesta la Gloria de Dios que está en nosotros.

No sólo en algunos de nosotros. Está en todos.

Y a medida que dejamos nuestra propia luz brillar, automáticamente le damos permiso a otros para hacer lo mismo.

Mientras somos liberados de nuestros propios miedos, nuestra presencia automáticamente libera a otros.

--Nelson Mandela

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