Hay una capacidad y una unción que Dios me ha dado para entender el mundo espiritual que estuvo dormida. Ahora entiendo que empieza a surgir de nuevo, para que yo crezca en liderazgo. La semana pasada atendí mi primera cita de consejería en mi nueva oficina, y hoy tuve la oportunidad de ministrar a un amigo; el Espíritu Santo se mostró grande poniendo las palabras necesarias para libertar de condenación, y crear protección espiritual alrededor de este momento de ministración.
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Ahora busco que el proceso de ministración que se inició hoy con este amigo tenga seguimiento, y que Dios pueda revelar las necesidades que quedan pendientes, y le pido que me otorgue humildad y sabiduría para seguir ejerciendo esta unción y servirle en ello.
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