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Sé que cuando lo conversemos, tal vez te sea algo difícil de comprender lo duro que fue salir de la homosexualidad, y destronar de su lugar a la lujuria en mi corazón. Sin esa lucha, nunca hubiera hecho lugar para tí. Ha sido una lucha por mi vida, una lucha por la muerte de mi carne. Sentir algo puro y genuino por tí fue intencinoal mucho antes de que te conozca, y por esu tuvo un precio más elevado que el que otros hombres tal vez hayan pagado por sus relaciones.
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Cuando pienso en esto, sé que te pediría que no tomaras mis luchas ni mi pureza a la ligera, y a la vez estoy dispuesto a buscar y ganarme el que estés orgullosa de mí por ello. Ahora sé que nunca podría estar con una mujer que no se sintiera orgullosa de mí, o que se avergonzara de mi testimonio, o que tomara mis luchas como un defecto, cuando yo me considero ahora un buen peleador y vencedor. En verdad espero que puedas crecer conmigo para valorarlo como yo lo hago.
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Ahora quiero ser un caballero, y no el patán que era. Dame la oportunidad de serlo por tí. No interpretes mi vida ni nuestra relación por lo que hice en el pasado; yo sé que debo ganarme tu credibilidad y mantenerla. Yo nunca veré mi relación contigo con los filtros con los que vivía en pecado, y disfrutaré la novedad de nuestra relación. Por el compromiso que he hecho con Dios acerca de mi pureza, prometo no herirte intencionalmente ni engañarte, o hacerte sentir inferior por causa de mis ojos lujuriosos.
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Probablemente iniciemos una relación que conduzca al matrimonio, estoy consciente de que no estoy para jugar con esto ya. Por lo mismo, sé que probablemente mi satisfacción sexual dependerá de ti, y que a la vez tu vas a recibir la creatividad y la satisfacción de parte mía. Eso es una motivación más para fortalecer mi pureza, y también para ser honesto contigo, para no guardarte secretos, para nunca compararte, y para invitarte a disfrutar y construir esta nueva parte de mi sexualidad.
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