viernes, 2 de septiembre de 2011

No se solicitan reencuentros familiares, gracias.

En mi equipo de corredores hay un hombre mayor, que vagamente reconocí cuando me integré a ellos. En distintas carreras que compartimos, conocí a su familia, que también me resultaba conocida; fue precisamente en una media maratón en el año pasado, que mi mamá los identificó como parte de la familia de mi papá - aunque lo comentamos solo entre nosotros y sin ubicar exactamente que parentesco tenemos. A partir de entonces, hubo varios momentos extraños entre mi familia y la suya, de "¿Te conozco de alguna parte? No, para nada, no lo creo."

Yo estaba bien así, he vivido ya muchos años tranquilo sin lazos con la familia paterna. Cortar contacto con ellos fue una de mis maneras de terminar con un legado de historias repetidas de violencia familiar, evitar a mi abuelo -una persona especialmente abusiva, y en general, permanecer libre de tensión innecesaria. Si no hay cariño familiar, tampoco tendría una pelea constante con ellos. Así que nos aislamos, y nos acostumbramos a ser una familia nuclear, nosotros cuatro, sin una famlia extendida.

Por eso, mi plan era ser amigo de este hombre en el equipo, pero nunca, nunca comentar nada acerca de la posibilidad de que fuésemos familiares.

Hasta este mes de mayo, que lo encontré en el lobby de una carrera, donde dan los chips, el número y todos los regalos de los patrocinadores. El plan era el usual, un saludo cordial como siempre, saludar a su familia, y seguir la vida. Excepto que esta vez me abrazó y me dijo que mi mamá le había comentado que no éramos tan desconocidos, sino que éramos familia.

Yo hice mi mejor sonrisa de sorpresa, como si fuera me hubiera alegrado - pero por dentro estaba furioso por que esta verdad tan incómoda se había hecho pública sin mi consentimiento. . No sé que dije, sólo traté de ser amable y gracioso. Él por su parte, un poco conmovido, me contó que era primo de mi papá, hijo adoptivo de un tío abuelo que queríamos mucho y me contó que mi abuelo, papá de mi papá, siempre lo había despreciado por ser adoptivo (oh si, ese suena como el abuelo).

Creo que estaba molesto por que he pasado tantos años aceptando que en mi familia paterna los hombres son naturalmente malvados, y no necesitaba re-estructurar mis conceptos al respecto. Mi tío abuelo, un hombre a quien apenas pude conocer por causa de las diferencias con mi propio abuelo, se transformó en mi mente ahora una figura paterna, el tipo de anciano sabio que todo joven necesita, uno capaz de adoptar hijos además de su hija biológica, y criarlos como suyos. Su historia explicaba por qué lo había visto en tantas fiestas familiares de niño, pero nadie me lo había presentado como mi tío - quizás por su estatus de adoptivo.

Me había quedado sin hombres hacia quienes proyectar mi odio y rechazo. No quería tener ahora que asistir a reuniones navideñas incómodas y conocer primos, ni asistir a piñatas, ni recibir validación no solicitada, ni preguntas que me hicieran escarbar en mi historia familiar y en la muerte de mi papá, ni ser rechazado de nuevo y comprobar que los hombres suelen ser dañinos.

Ya han pasado varios meses.

Las cosas no resultaron tan mal, hablamos en el entreno siguiente acerca de su historia, de como fue adoptado, y sus impresiones cuando conoció a mi papá (su nuevo primito entonces). Es un gran hombre, un gran atleta a su edad, y noto que sus hijos, su nuera y nietos lo quieren mucho. Hemos compartido en otras carreras, y viajamos juntos a San Salvador a la media maratón de la ciudad. Hemos intercambiado saludos de cumpleaños, y en el Día del Padre, y me estoy acostumbrando a su afecto paternal (del tipo de afecto de abuelo) aunque todavía es extraño y no estoy del todo reconciliado con la idea de familia, e imagino que mi negación sobre mis necesidades de tener familia extendida, van a ser radiacalmente modificadas.

Pero pudo ser distinto, y de haber sido rechazado una vez más, o si sus valores y conducta fueran caóticas, yo hubiera podido reafirmar mis creencias sobre como es nocivo tener contacto con hombres mayores, y si Dios lo permitió y propició, estoy seguro de que es para mi bien, y que esta historia va a seguir desarrollándose conforme el tiempo pase.

No hay comentarios: