lunes, 16 de julio de 2007

Cuando yo era niño

T.D. Jakes explica el daño a la sexualidad infantil e inicia su libro acerca de la restauración de la masculinidad, con una cita bíblica que cobra nuevo sentido dentro de este contexto, y una descripción que se explica sin mi ayuda.

Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mñas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.

1a Cor 13:11

"Hasta nuestra sexualidad queda afectada por relaciones e incidentes tempranos. Muchos hombres mayores están recreando el escenario de su distorsionada niñez en sus fantasías. Están atrapados en interminables pesadillas de sórdidas pasiones e insaciable lujuria.
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"Nuestras necesidades y preferencias son una composición de encuentros de la niñez. Una rápida mirada a un cuerpo desnudo robada furtivamente a alguien que salía del baño, un toque, una caricia prohibida, un sentimiento de placer momentáneo. La nostalgia que surge en las cosas adultas nace de algún recuerdo de treinta años atrás de la fragancia de una colonia, el contacto con un cuerpo tibio o la suave caricia de un cabello sedoso en la cara.
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"Ya sea que la iglesia quiera bregar o no con ello, muchos hombres están envueltos en pensamientos de niños que se han escapado de su niñez y han entrado a su edad adulta como el vapor que se escapa del agua de la ducha. Se nos ha dado demasiada responsabilidad demasiado pronto. Hemos visto demasiado. Hemos oído demasiado. Hemos visto los cuerpos retorcerse por televisión y de noche hemos escuchado los ruidos provenientes del cuarto de nuestros padres. Hemos desafiado nuestra mente joven con cosas importantes.
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"La mente de un niño no debiera ser estresada con temas tan serios como el maltrato, el abuso, la vilencia. Muchos jóvenes han seguido las huellas de sus padres hacia la promisciuidad, pensando que es natural para definir su masculinidad una sexualidad excesiva. Pero como otros excesos y escapes, sólo tapan los síntomas sin sanar el origen del dolor..."

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