En el Progreso del Peregrino, a menudo Cristiano es asaltado por numerosos enemigos, y a tiempo viene Vigilante para orar contra ellos. El escribe este poema basado en sus experiencias de los ataques por sorpresa de sus enemigos:
Advierte que los propósitos de las pruebas y tentaciones, los ataques del enemigo, son para ser “tomados, superados y lanzados lejos”. Eso es lo que nuestro enemigo busca, hacernos lanzar lejos de la fe. Debemos estar en vela y oración, teniendo una vida vigilante.“Las pruebas que los hombres encuentran además,
Aunque son obedientes a la llamada celestial,
Son diversas, y satisfacen a la carne,
Y vienen, y vienen, y vienen de nuevo otra vez;
Por ahora, o por poco tiempo, por ellas podemos
ser tomados, superados, y vencidos.
Oh! vamos peregrinos, permita a los peregrinos entonces,
Ser vigilantes, y déjenlos ser como los hombres”.
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