A veces es extraño para mí oír palabras de afirmación y validación sincera de parte de otros hombres. No estoy acostumbrado a ser "uno más de nosotros". Desde mi infancia, aprendí la expresión esprit-de-crops y me propuse conscientemente vivir y pensar en contra de ella y rechazarla como parte de mi identidad.
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Durante los últimos días he recibido suficientes correos y llamadas telefónicas de varios amigos con los que comparto ministerio, con motivo de las batallas que estuve atravesando. También he recibido un par de correos que son para mí impresionantes, en los cuales otros piden mi opinion o participación en cuestiones vitales. Lejos de hacer crecer el orgullo en mí, estos mensajes destruyen fortalezas. Siento de alguna manera como se agrieta y derriba algo en mi interior, un muro viejo y ya sucio que había crecido alrededor del corazón de hombre firme que Dios está creando en mí.
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En verdad me siento vivo cuando estas cosas pasan y cuando oigo palabras así. Vida nueva y desconocida en áreas que creía muertas, que me hacen creer en la construcción de un carácter nuevo, en una identidad sólida, en confiar en las palabras de otro hombre y saber que son verdad y no hay un interés sórdido en ellas. Creo que este evento marcó en mi vida un avance más, encendió el fuego que estaba vacilante en mí para trabajar en la obra de Dios, y me impulsa a reproducir esta validación en otros hombres.
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