Hay algo que he notado en la forma que me expreso acerca de mí mismo. Probablemente escribir en este blog lo hizo evidente, y a la vez fue el medio para "procesar" este cambio.
Noto que desde hace cierto tiempo cuando me refiero a mí mismo lo hago usando la palabra hombre (por ejemplo, soy un hombre que..., construye mi carácter como hombre..., etc.).
Hace varios meses aprendí de Charlie Hernández que un hombre (usé la palabra otra vez) que ha vivido atrapado por su pasado, tal como me sucedía a mí, siempre se veía a sí mismo como atascado en una personalidad de niño o adolescente, intentando regresar o volver a vivir esas etapas que no fueron exitosamente culminadas.
Sé que suelo tomar el riesgo de ser sincero al escribir estas transiciones en este blog, pero a la vez me siento comprometido a marcar las etapas de libertad que vivo constantemente, como un testimonio continuo de lo que Dios hace en mí, y de la gratitud que siento.
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