Recientemente un amigo me preguntó si he logrado establecer nuevas y sanas relaciones de amistad con algunas mujeres, después de que empecé a caminar en libertad del pecado sexual. Probablemente su duda tiene que ver con el consuelo y ánimo que recibimos al saber si alguien más ha encontrado libertad.
Ahora que febrero tiene tantas implicaciones para el amor, he reflexionado en mi vida sentimental reciente. En verdad no sé si estoy listo para iniciar una nueva relación, pero sé que SI HE APRENDIDO A MANTENER RELACIONES SANAS Y A RECHAZAR LAS ENFERMIZAS. Sé que Dios me ha dado la oportunidad de ver a las mujeres no como metas, sino como otros seres humanos que también necesitan o disfrutan de ser justificadas en Cristo. La ausencia prolongada de pornografía ha cambiado mi forma de ver un cuerpo, para santidad. Sé que no es una carrera por lograr un matrimonio, sino que debo aprender tanto a disfrutar mi soltería, como la época que viene de disfrutar la conversación y la comunión con una amiga. Después de eso… pues también Dios estará a cargo.
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