Por cuanto el Señor omnipotente me ayuda, no seré humillado. Por eso endurecí mi rostro como el pedernal, y sé que no seré avergonzado.
Isaías 50:7 NVI
Este es parte de mi reto de cada día, vivir con acciones que me recuerden que no seré avergonzado, pues tengo un Padre que me enseña a vivir con un rostro fuerte y endurecido com pedernal.
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