La semana pasada me escribió un amigo que se sentía muy incómodo con los abrazos de otros hombres. Empezamos a revisar las mentiras que se habían encostrado en su corazón para rehuir al afecto sano, con el fin de sustituirlas por lo que Dios revela en Su Palabra al respecto. Además del mail de respuesta, revisamos esta entrada excelente en Art of Manliness, que está utilísima en explicar aspectos obvios del abrazo... y también graciosa por lo absurdo de algunas situaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario