martes, 9 de diciembre de 2008

Despedida de la 'panza infantil'

Ayer me ví en el espejo, y por primera vez en mucho tiempo me gustó el cuerpo que vi. Esto es para mí un cambio significativo, pues alguna vez luché contra la anorexia, y en estos días vivo tal vez una de las batallas finales contra el mal. Después de haber sido extremadamente delgado, empecé a comer con extrema ansiedad.
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Ahora simplemente me veo a mí mismo bien. Mi Padre me enseña que me parezco en esto también a Él.
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Nunca fui obeso. Sin embargo, la 'pancita' era para mí un símbolo visible de niñez, era la misma panza que salía en las fotos de mi infancia (hubiera incluso preferido ser obeso en lugar de tener unas llantas nada más). Cuando la veía, entendía la rebelión de mi propia mente y mi cuerpo para ser un hombre adulto. La 'pancita' era uno de los símbolos para no querer terminar mi infancia, para autoboicotearme y no dejarme asumir mi hombría en Cristo.
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Estos cambios no han sido solamente físicos; siento especialmente que es mi corazón el que se siente valiente, diferente, arriesgado para obtener estas victorias, y siento correr a mi alrededor sus promesas de que mi cuerpo también va a seguir cambiando cada día más. Espero retomar el tema dentro de unos meses ¡y contarme a mí mismo lo bien que estoy!

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