Sexo impersonal, irreal

Si sos demasiado impresionable, no sigas leyendo. Esto es una confesión, con el propósito de mostrar un engaño en mi vida, y como me aparté de eso. No son ideas para pecar, ¿ok? Me esfuerzo por ser honesto y escribir con buen gusto, con un propósito.

Hay muchas formas en las que nos ataca el pecado sexual, muchas maneras en que nuestra mente se desvía. Ahora me doy cuenta que en algún momento del camino me involucré en la falsedad del sexo impersonal. Había escuchado este término, pero creo que hasta ahora cobró sentido en mi camino; cuento estas luchas por que sé que alguien más puede estar viviéndolo.

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Yo decidí que podría ver cierta clase de material sexual gráfico que no fuera fotográfías de personas, con la excusa de que eso no era porno... y que estaba 'bien'. Era 'arte', 'entretenimiento' o era 'literatura para adultos', pero no porno.

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Ok, ahora empieza lo freak. De esa manera vi muchas cosas que estaban en la frontera... desde ciencia-ficción subida de tono, literatura con contenido sexual, vídeos de animación, revistas de historietas (incluyendo el desnudo ocasional), y sitios de humor sarcástico con bromas sexuales. O sea, siempre era material pecaminoso sin tener que reconocerlo abiertamente.

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Todo esto corrompió mi mente, pero con un extra: La ciencia ficción me apartó del Dios creador de mi sexualidad. Todo el material con chistes de sexo puso en mi mente la noción de que una relación sexual no es santa, y que podría burlarme de mí mismo y de la mujer con quien podría estar. Los dibujos sexuales causaron en mí el mismo efecto que las fotografías. El material animado me llenó la mente con fantasías de lo irreal, y preparó mi corazón para frustarme cuando llegue el momento de mantener una vida sana. A todo esto me refiero con sexo impersonal, lo que no es verdadero, ni santo, ni justo, ni puro... en lo que no debí pensar.

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Y me di cuenta hasta la semana pasada. Con vergüenza lo confesé a mis amigos, y le pedí a mi pastor que bloqueara sitios específicos de Internet de mi equipo, pues no los filtraba. Y tuve que explicarle estas atracciones. Uno de mis amigos me confesó que entiende mi lucha, y que por eso no va a cortarse el pelo en barberías donde hayan Condoritos en la sala de espera*. Pero me siento mucho mejor... siento que mi corazón sanó, y desde lo más profundo en mí oro para que mi mente regrese a lo real, a apreciar a una mujer por lo que es, a desear la intimidad genuina y sólida, a no dejarme engañar con estos argumentos tan bobos, y a emocionarme de nuevo por mi masculinidad.

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* No te creo que no entendiste esta.