El 19 de julio corrí mi primer medio maratón, en Antigua Guatemala. Hacer esto significó un reto mayor para mí: ¿Tengo lo que se necesita para cumplir una meta de este tamaño?
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Estuve a punto de renunciar varias veces. Primero, antes de la carrera, pues pensaba que si alguien no corría conmigo, si alguien no iba a mi lado, no podría lograrlo. Y de hecho, nadie se apuntó para correr conmigo, así que el primer reto fue saber que tengo lo necesario para confiar en mí mismo (ok, sé que confío en Dios, pero también sé que Él desea que yo descubra que tengo esa fortaleza).
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Luego, no quería ir solo, no conozco en realidad la ciudad, y para estas ocasiones en que necesitaba que alguien condujera y me guiara... pues solía recurrir al tipo este con quien tenía una relación. Así que no me hice para atrás, y simplemente planeé salir antes de tiempo para encontrar el punto de salida con comodidad. Ya no es tiempo de que me quede paralizado por no conocer un lugar.
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En la carrera en sí, estuve a punto de rendirme una gran cantidad de veces. Vomité dos veces, tenía escalofríos a pesar del sol y del asfalto caliente, se me cerró la garganta y no podía hidratarme en los puestos de recuperación. Por muchas razones, sabía que no podía rendirme y regresar a mi casa con una meta sin cumplir. Hubo demasiado en juego como para dejarlo de lado -siempre he visto una carrera como una metáfora del camino de la santidad; en ninguna de las dos puedo rendirme, y ambas incluyen estos momentos en los que odio el camino y a la gente que va conmigo, pero tienen una meta grandiosa.
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Al final, todo resultó mejor de lo que esperaba, aunque yo terminé en pedazos. Pero conocí 21 kilómetros de paisaje guatemalteco a pie, encontré como siempre la hospitalidad del público hacia los corredores, y a pesar de que hice paradas para reponerme, e hice un tiempo que es récord personal: 2 horas, 6 minutos, 13 segundos.
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Quedé en el lugar 781, y aunque estaba desanimado por eso, mi hermano se encargó de recordarme que eran 3500 corredores, y que era un muy buen lugar para ser mi primera vez (tnx brother!). La próxima media maratón es el 20 de septiembre, y ya estoy pensando en como prepararme mejor.
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Estuve a punto de renunciar varias veces. Primero, antes de la carrera, pues pensaba que si alguien no corría conmigo, si alguien no iba a mi lado, no podría lograrlo. Y de hecho, nadie se apuntó para correr conmigo, así que el primer reto fue saber que tengo lo necesario para confiar en mí mismo (ok, sé que confío en Dios, pero también sé que Él desea que yo descubra que tengo esa fortaleza).
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Luego, no quería ir solo, no conozco en realidad la ciudad, y para estas ocasiones en que necesitaba que alguien condujera y me guiara... pues solía recurrir al tipo este con quien tenía una relación. Así que no me hice para atrás, y simplemente planeé salir antes de tiempo para encontrar el punto de salida con comodidad. Ya no es tiempo de que me quede paralizado por no conocer un lugar.
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En la carrera en sí, estuve a punto de rendirme una gran cantidad de veces. Vomité dos veces, tenía escalofríos a pesar del sol y del asfalto caliente, se me cerró la garganta y no podía hidratarme en los puestos de recuperación. Por muchas razones, sabía que no podía rendirme y regresar a mi casa con una meta sin cumplir. Hubo demasiado en juego como para dejarlo de lado -siempre he visto una carrera como una metáfora del camino de la santidad; en ninguna de las dos puedo rendirme, y ambas incluyen estos momentos en los que odio el camino y a la gente que va conmigo, pero tienen una meta grandiosa.
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Al final, todo resultó mejor de lo que esperaba, aunque yo terminé en pedazos. Pero conocí 21 kilómetros de paisaje guatemalteco a pie, encontré como siempre la hospitalidad del público hacia los corredores, y a pesar de que hice paradas para reponerme, e hice un tiempo que es récord personal: 2 horas, 6 minutos, 13 segundos.
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Quedé en el lugar 781, y aunque estaba desanimado por eso, mi hermano se encargó de recordarme que eran 3500 corredores, y que era un muy buen lugar para ser mi primera vez (tnx brother!). La próxima media maratón es el 20 de septiembre, y ya estoy pensando en como prepararme mejor.
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