lunes, 31 de agosto de 2009

Mi nuevo nombre, primera parte

Hace un año asistí por primera vez al retiro Salvaje de Corazón -aunque no recuerdo haber blogueado al respecto. En realidad es una experiencia tranquila, contemplativa. La dinámica incluye encontrar, escuchar de Dios un nuevo nombre, aquella identidad que Dios siempre ha tenido reservada para uno, con la cual uno es validado. Nada místico, sino que algo muy práctico.
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Yo no sabía que esperar al respecto. Lo único de lo que estaba consciente era acerca de mis dudas y miedos. Justo acababa de empezar mi servicio a tiempo completo como gerente del ministerio -y pensaba que existían muchos hombres que pudieron haber sido elegidos en el puesto, mejores que yo en habilidades y experiencia. Simplemente no creía tener algo que me hiciera especial y distintivo, y dudaba si en verdad debí dejar mi carrera previa y abrazar este reto. Esa sensación de ser yo un hombre gris, y de haber sido escogido porque "la gente capaz ya estaba ocupada", no me abandonaba desde que llegué.
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Escuché la enseñanza acerca de la identidad con la que Dios me veía, pero no sentí nada especial al inicio. Sin embargo, luego de unas horas, una idea se formó en mi mente: "Tú eres mi Melquisedec".
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Yo esperaba honestamente que Dios me viera como un Josué o un David, algo 'clásico', así que la noción de que yo era un Melquisedec se me hizo poca cosa, pero me dio la certeza de que yo no podría estar inventando algo así. Poco sabía acerca de la enorme sorpresa que esta revelación sería en mi vida.
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Continuará...

1 comentario:

Alan dijo...

eso de que la gente que es capaz, ya está ocupada.. me dejó pensando...¿? porque es real, y me ha pasado cuando quiero emprender algo y buscar algun trabajo, como que si es poco lo que hago, no sé porque esos pensamientos están allí.