Los fines de semana suelen ser los momentos en los que la tentación ataca con mucha fuerza. Sin embargo, este último viernes, a las puertas de otro fin de semna que parecía difícil, descubrí algo acerca de la forma en la que puedo manejar la tentación.
.
Ahora me sirve recordar algo que aprendí en el colegio, en clase de Física, acerca de la energía (como la electricidad, o el calor): Esta no es 'buena' o 'mala', sino que es una fuerza que no puede destruirse, sino transformarse a voluntad para ser utilizada. El calor puede ser usado para quemar una casa, o para hornear cerámica, o pan en un negocio especializado. La electricidad puede matar a un condenado a muerte, o hacer funcionar un hospital por las noches.
.
De la misma manera, el impulso sexual no es algo bueno o algo malo, simplemente es una característica del ser humano, y en nuestro caso, una fuerza que nos mueve como hombres. Por eso, si no deseo conducir el impulso sexual hasta terminar en pecado, no tengo que hacerlo -puedo dominarlo, o mejor dicho, reencauzarlo.
.
Me repito a mí mismo :"Sigo siendo fuerte en Cristo para dominar esto. Y no solo puedo dominarlo o aguantarme, sino usar estas cosquillas en el estómago, esta ausencia de miedo, la urgencia de conseguir una meta, este impulso que siento en el cuerpo, para hacer las llamadas telefónicas que temía, para identificar las patanadas que se me ocurren y cambiarlas en mi mente con calma, por palabras geniales que demuestren respeto y admiración por una mujer, y para pensar en como puedo poner en acciones los valores que he aprendido como hombre.
.
Y así, puedo usar toda esa fuerza para transformarla en valentía para iniciar una relación, para convertirla en un impulso protector hacia una mujer, para generar todas esas palabras que podrían demostrarle a ella que aunque podría cometer un error y ceder a la tentación, sigo conservando la integridad y que no soy un perdedor en esta batalla. Puedo convertir el impulso sexual, la tentación, en mucha fuerza para construir y no destruir.
.
Y pude ponerlo en práctica, y espero que genere algo bueno pronto :)
.
Ahora me sirve recordar algo que aprendí en el colegio, en clase de Física, acerca de la energía (como la electricidad, o el calor): Esta no es 'buena' o 'mala', sino que es una fuerza que no puede destruirse, sino transformarse a voluntad para ser utilizada. El calor puede ser usado para quemar una casa, o para hornear cerámica, o pan en un negocio especializado. La electricidad puede matar a un condenado a muerte, o hacer funcionar un hospital por las noches.
.
De la misma manera, el impulso sexual no es algo bueno o algo malo, simplemente es una característica del ser humano, y en nuestro caso, una fuerza que nos mueve como hombres. Por eso, si no deseo conducir el impulso sexual hasta terminar en pecado, no tengo que hacerlo -puedo dominarlo, o mejor dicho, reencauzarlo.
.
Me repito a mí mismo :"Sigo siendo fuerte en Cristo para dominar esto. Y no solo puedo dominarlo o aguantarme, sino usar estas cosquillas en el estómago, esta ausencia de miedo, la urgencia de conseguir una meta, este impulso que siento en el cuerpo, para hacer las llamadas telefónicas que temía, para identificar las patanadas que se me ocurren y cambiarlas en mi mente con calma, por palabras geniales que demuestren respeto y admiración por una mujer, y para pensar en como puedo poner en acciones los valores que he aprendido como hombre.
.
Y así, puedo usar toda esa fuerza para transformarla en valentía para iniciar una relación, para convertirla en un impulso protector hacia una mujer, para generar todas esas palabras que podrían demostrarle a ella que aunque podría cometer un error y ceder a la tentación, sigo conservando la integridad y que no soy un perdedor en esta batalla. Puedo convertir el impulso sexual, la tentación, en mucha fuerza para construir y no destruir.
.
Y pude ponerlo en práctica, y espero que genere algo bueno pronto :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario