miércoles, 2 de septiembre de 2009

El Síndrome Jefté / Camisa a rayas

Ayer en mi devocional personal leí acerca de Jefté, juez en Israel (Jueces 10-11). Jefté fue un gran líder, un hombre valiente, pero su debilidad siempre fue su resentimiento contra quienes le hicieron daño. Fue hijo de una prostituta, y sus medio hermanos lo echaron de la casa... cuando ellos le pidieron ayuda, les tiró este incidente en cara. Recordaba cada palabra que sus enemigos los amonitas dijeron 300 años atrás para perjudicar a su pueblo, y cobró una ofensa a la tribu de Efraín. Su dolor siempre distorsionó su valentía -y sus pactos irreflexivos lo hacían actuar sin pensar, de tal manera que resultó obligándose con sus palabras a matar a su propia hija.
.
Ayer también me di cuenta que sufro con mis pactos como Jefté. Estoy consciente del tema de los pactos que uno hace, las palabras con las que uno se compromete para siempre, y que Satanás 'pesca' en el aire para atarnos para siempre con una conducta o una idea que juramos seguir.
.
Yo prometí guardar resentimiento contra un amigo. Bueno, no lo dije así, pero irreflexivamente prometí no ser influenciado por él (incluso cuando es una muy buena influencia en mi vida). Ahora, veo que en muchas de las cosas que hago, inconscientemente pienso en lo que haría él, y yo hago entonces lo opuesto.

Aquí viene el paréntesis cómico-vergonzoso de como me di cuenta ayer de mi conducta con un berrinche. Traíamos camisas muy parecidas, y cuando él lo comentó, me di la vuelta, me fui a mi casa, me cambié de camisa y regresé para hacer evidente que yo no soy influenciable. ¡Que berrinchudo* me vi! Como si al contrario, no hubiese sido una bendición aprender a vestirme de forma distinta por influencia suya.

Pero hay otros conflictos mas severos en los que me veo actuando de una manera igual de caprichosa. O estoy poniendo en juego proyectos grandes por este pacto que hice. Y eso sí es alarmante.

Anoche me tomé un tiempo para romper con este pacto, para cancelar estas promesas que hice hace un año, para arrepentirme, y pedir ayuda a mi Papá para no perderme las bendiciones que son mías, para no poner en riesgo Su obra, y para permitir que mi amigo sea la influencia como hombre de Dios que me ha construido tanto.
.
Y pensé en escribir esto con la esperanza de que vos podás identificar también si has hecho promesas similares, que atan tus conductas y te hacen perderte bendiciones.
.
*caprichoso, para los amigos que no son de Guate.

1 comentario:

Alan dijo...

jajaja.. puchis vos. Con esto si que me idenfico. Ya que también he tomado ese tipo de deciciones, con algunas personas. Pero me doy cuenta, que cuando realmente estamos dispuestos a cambiar, hasta el aceptar a otros, es algo que tenemos que hacer o simplemente reconocer que tenemos que dejar de pensar en aquello que Dios ya no piensa.