Yo estoy convencido que hay una gran parte acerca de las atracciones homosexuales en las decisiones que uno toma. Es mayormente una cuestión de responsabilidad personal. Pero en los últimos meses, también he entendido que el ambiente tuvo mucho que ver como influencia. Lamentablemente, si las cosas hubieran sido distintas en mi crianza, especialmente en el entorno escolar, al menos pudiera haber luchado con mejores herramientas contra estas atracciones.
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Joseph y Linda Nicolosi describen una realidad que fue común en mi infancia: la falta de atención a las necesidades individuales y especiales de un niño.
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En la escuela no existía un plan de formación deportiva afuera del fútbol, un deporte que nunca practiqué. Por ende, quien no practicaba fútbol era catalogado con una serie de apodos, y probablemente fueron causa de algunas de las creencias que yo empecé a creer acerca de mi carencia de identidad como hombre: Si no me gusta el fútbol, entonces no soy hombre.
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Conforme fue creciendo, y me dediqué a trabajar como educador, entendí que ese fue un error grande de crianza y formación. No todos los niños son iguales, y no a todos se les puede tirar un balón para entretenerlos. Primero, porque la habilidad deportiva y la psicomotricidad no son algo del todo innato, y deben formarse; ahora comprendo que mis maestros de educación física no me enseñaron esas destrezas, sino que simplemente esperaban que yo pateara y metiera goles... lo que nunca sucedería. Segundo, porque ahora la educación incluye una amplia variedad de disciplinas deportivas, incluyendo aquellas que son para jugadores individuales, como yo.
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Como educador, en los últimos años entendí que yo necesitaba cierta atención especial (en el sentido de la educación especial) en mi psicomotricidad gruesa: mi coordinación mano-ojo no era buena, ni mi tono musucular. Mi nutrición tampoco era buena . Tenía pocas habilidades sociales y de trabajo en equipo, y mi psicomotricidad fina estaba mejor desarrollada (la que le permite a uno trabajar con herramientas precisas, por lo cual me volqué más al aspecto artístico, algo en lo que podría destacar). Y soy muy competitivo, por lo que no me involucraba en una actividad en donde no era bueno. Todo eso influía en que no me gustaba el fútbol -y en años recientes estas áreas de mi vida se han ido restaurando.
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Sé que esta es una de las motivaciones principales por las cuales he disfrutado tanto correr como deporte en el último año. Hacerlo me ha reconciliado con mi propio cuerpo y con mi propia naturaleza, y recuperar el sentido de que si soy hombre, con todas mis capacidades individuales.
2 comentarios:
ME llamo mucho la atencion la palabra "bicho", jeje.
Bueno, muy buen articulo bro.
Recuerdo bien el "pelotazo" que me dieron de pequeòo que me dieron y me hizo entender que el football no era para mi...
muy parecido al de la foto que se publico en lec.
Caracter, personalidad, temperamento, no tienen porque ser iguales todas.
Lo bueno es que podamos aceptarnos con nuestro varlor y capacidades en Dios :)
Hola; gracias por compartir tu experiencia escolar; me he sentido reflejado porque nunca me ha gustado el futbol, ni tampoco el deporte en general; sí la natación, pero siempre me he visto como un bicho raro. Por otra parte he estudiado la carrera de piano y eso también me ha mantenido "apartado". El deporte, la actividad física y mi propio físico nunca han ido a la par; sé que en este tema tengo mucho que trabajar porque no me acepto como soy; tengo sobrepeso y siempre me comparo con hombres atléticos y musculosos con el peligro que conlleva. Espero tus sugerencias. Gracias.
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