Ayer fue la primera vez que un hombre mayor me habló acerca del matrimonio, lo cual marca un hito, pues es una de esas primeras veces en muchas cosas en mi nueva vida.
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Cuando lo noté, ya llevábamos varios minutos conversando acerca de la importancia de estar enamorado, y así para evitar la infidelidad. Hablamos de la importancia de la edad de dos personas que quieren iniciar una relación. Hablamos del divorcio de sus amigos cercanos, y de las razones por las que han dejado a sus esposas por mujeres más jóvenes. Incluso me comentó de sus propias tentaciones para hacer lo mismo, y de como las ha superado con éxito. Hablamos del aburrimiento, de la variedad, de la importancia de mantenerse en forma para seguir siendo atractivo conforme los años pasan.
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Esa fue mi primera conversación acerca del matrimonio- a los 29 años. No fue algo que recuerde como profundo, simplemente fue casual. El tipo de acciones de un hombre que sabe -simplemente confía- que voy a casarme algún día (y que voy a llevar a buen término un matrimonio sobre las pruebas), y que por eso voy a necesitar la información.
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