jueves, 31 de diciembre de 2009

Lloré mientras corría, como un niño

Una lucha constante en mi vida ha sido mi indiferencia y mi desconocimiento del amor de Dios como Padre. Especialmente por la forma en la que mi papá biológico me crió en un entorno abusivo y humillante. Pero Dios sabe que he estado buscando su validación -a veces con desesperación-, y ha sabido como hacerme sentir su cariño en experiencias muy reales para mí.
.
Ayer salí a correr, de nuevo antes de las 5 AM, sin esperar lo que pasaría. Como ya es regular, corro la primera parte de mi rutina escuchando un podcast, ya sea Joyce Meyer o The Boundless Show (el ministerio de jóvenes adultos de Enfoque a la Familia); ayer escogí el episodio semanal de este último.
.
Resultó ser el programa número 100, y estaban celebrando con llamadas de escuchas. Cada uno contaba la bendición que ha sido Boundless, y como llegó hasta el show. En unos segundos, me puse a pensar en cómo había yo sabido de este, hasta llegar al punto de estar escuchando el podcast, en ese mismo instante, en esa misma calle, a esa hora.
  • Mi amigo B me reenvió un correo desde ese ministerio, al cual está suscrito, pensando que yo podía utilizarlo. Entonces empecé a consultar sus artículos.
  • Mi amigo A me regaló un iPod en mi cumpleaños (gracias brother, empoderaste mi vida con ese acto, sé que no es así nada más regalar un iPod).
  • Después supe que Boundless tenía un podcast (no sabía yo lo que era), y me suscribí. Empezó a descargarse un episodio semanal en mi iPod.
Desde entonces tuve acceso a todos sus recursos, desde formación de sexualidad, consejos en un noviazgo, finanzas, mecánica, paternidad, humor, cultura popular... de tal manera que han suplido un enorme faltante que el abuso en casa me había robado. Boundless me ha hecho disfrutar ser joven y soltero.
.
En un momento, todo se hizo claro. Fue un segundo en el que todo se detuvo para mí, y en ese segundo, 'escuché' (o entendí, o vi, o sentí todo de un golpe), lo que Dios quería decirme, en una voz no audible, pero comprensible en mi interior:
  • No hay coincidencias hijo, ni hay límites para lo lejos que puedo llegar para amarte y alcanzarte.
  • Cuando crearon en Apple la tecnología del iPod, yo estaba pensando en ti.
  • Cuando contrataron a estas personas para trabajar en estas transmisiones, estaba pensando en ti. Sabía que te haría falta formación y reparación.
  • Cuando ellos se despiertan por la mañana, en Colorado, yo los animo para que lo hagan por ti. Los temas también son escogidos pensando en ti.
  • Te regalaron un iPod porque yo sabía que lo ibas a necesitar.
  • No tienes idea, no tienes idea de lo lejos he llegado en estos años, para amarte y formarte.
Las experiencias emocionales, esas epifanías privadas, no me suceden en largos períodos de tiempo. En ese mismo segundo, tuve que procesar las frases anteriores, más las imágenes que añadían muchos otros eventos en los que Su amor de papá se ha manifestado, y mis propias luchas mentales para rechazar esta idea:
"¿Steve Jobs hizo pensó en esto como parte de tu amor por mí?"
Pero finalmente me venció Su amor de papá, y pude entender que no tiene nada de malo sentirme el centro de su afecto, algo que antes no había experimentado. Yo soy su hijo, el que él más quiere, y nada más me importa.
.
Esta revelación me hizo llorar en ese segundo. Como iba corriendo por una zona peligrosa y aún no había amanecido, no pude detenerme a llorar, pues era algo fuerte, incontrolable, a la manera de un niño pequeño, y no podía ver bien. Así que lloré perseguido e inundado por su amor paternal unos dos kilómetros (jeje, ahora estoy pensando en lo que la gente con la que me encontré habrá pensado de la escena). Cuando me pude tranquilizar, solo quedó una sensación tranquila y desconocida de que a partir de ese momento, mi vida no iba a ser la misma, y que vería todo, mi pasado, mi presente y mi futuro, como hijo suyo, su niño pequeño.

No hay comentarios: