Pero ya pasé la etapa de desesperación, reclamos a Dios e insomonio por esta tensión, y puedo confiar en que Él está en control. Realmente, si no tengo una descarga involuntaria, no hay mayor cosa que puedo hacer.
Escribo esto porque que confío en un Padre bueno que conoce por lo que paso, y que antes no había experimentado esta calma. Padre bueno, todo el tiempo. Cuerpo en orden, pase lo que pase. Hijo fiel, sin usar esto con excusa para caer en pecado.
Ya regresarán. Espero.
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