miércoles, 19 de octubre de 2011

Un pacto con mis ojos: Desprenderme de mí mismo

La lujuria es hermana del egoísmo. Un pecado llama al otro para habitar en el corazón, pues están hechos del mismo tejido maligno.

Cuando deseo que todo sea sólo para y por mí, y cuando niego o ignoro las necesidades de otros, pronto me encuentro en la posición de poseer a la gente, y de demandar satisfacción sexual cuando se me da la gana. La lujuria ridiculiza la frase "relaciones sexuales": cuando se demanda egoísta de satisfacción, no hay nada de relación.

Job mencionó en un mismo discurso lo que llamaba hacer un pacto con sus ojos para no codiciar sexualmente a una mujer, junto con el egoísmo al negar las necesidades del pobre y del huérfano. Al mismo tiempo que enumera las formas de lujuria que conoce, Job intercala el listado de los fallos de un corazón egoísta:

13 »Si he sido injusto con mis siervos o con mis siervas
   cuando me han presentado sus quejas,
14 ¿cómo podría enfrentarme con Dios?
   ¿Qué podría decir cuando él me interrogara?
15 Pues Dios me creó tanto a mí como a mis siervos;
   nos formó a ambos en el vientre.
19 Cuando veía sin vestido a los que no tienen hogar
   y a los necesitados sin nada que ponerse,
20 ¿acaso no me alababan
   por darles ropas de lana para combatir el frío?
21 »Si he levantado la mano contra un huérfano
   sabiendo que los jueces se pondrían de mi parte,
22 entonces, ¡que se disloque mi hombro!
   ¡Que mi brazo se descoyunte!
23 Eso sería mejor que enfrentarme al juicio de Dios.
   Si la majestad de Dios está en mi contra, ¿qué esperanza queda?
Job 31
Mezclar egoísmo y lujuria significa también aprovecharse sexualmente del necesitado. Un pacto con nuestros ojos y con nuestro corazón, es un compromiso de abstenerse de este tipo de abuso.

Hay muchas circunstancias en las que un hombre puede cometer una atrocidad así, como todas las formas de prostitución - y eso no incluye no sólo a quien compra servicios en una calle, sino del hombre que está en autoridad y se aprovecha de una empleada, sabiendo que no puede negarse por que necesita el pago de su trabajo. Incluye también abusar o corromper a todo aquel que por alguna circunstancia es inferior en rango, autoridad o capacidad - algo acerca que Jesús repudió con pasión:
pero si hacen que uno de estos pequeños que confía en mí caiga en pecado, sería mejor para ustedes que se aten una gran piedra de molino alrededor del cuello y se ahoguen en las profundidades del mar. 7 »¡Qué aflicción le espera al mundo, porque tienta a la gente a pecar! Las tentaciones son inevitables, ¡pero qué aflicción le espera al que provoca la tentación! Mateo 18:6-7 NTV
Mientras escribía esta nota, el Espíritu Santo me recordó que yo tenía una tendencia a corromper la mente del que consideraba inocente o débil en la fe. Aunque nunca tuve relaciones sexuales con nadie, sé que mis conversaciones pudieron haber encauzado a otros a la adicción sexual. El pasaje anterior del libro de Mateo me convenció hace varios años de pedir perdón a algunos amigos por haber despertado su mente para pecar, un proceso de limpieza que ha continuado, conforme he sido convencido de cómo afianzar y fortalecer mi compromiso con la santidad.

Si tu has sido convencido de la misma manera por el Espíritu Santo, y buscas una herramienta para evaluar cuan profunda es tu adicción sexual, te invito a usar este enlace en Libres en Cristo. Y si ya has avanzado bastante en el proceso de tu restauración, te invito a que revises el compromiso de tus ojos y de tu corazón, a la luz de esta nota sobre el egoísmo, y también de mis notas anteriores sobre distintas formas de lujuria que puedes vivir, y sobre cómo este pacto con tus ojos protege tu futuro y tu llamado en la vida.

No hay comentarios: