viernes, 20 de julio de 2007

Hermano, Amigo de Responsabilidad

Ayer un amigo y yo empezamos a buscar de una relación de responsabilidad y compañerismo en nuestras luchas. Aún cuando no tenemos los mismos problemas, sé que saldremos adelante. Hablamos durante varias horas, y Dios hizo la obra de romper las barreras que se habían creado, que nos habían hecho "retener" el crecimiento espiritual mutuo. ¡Retener el crecimiento, cómo si fuera marca registrada, como si fuera propiedad privada!
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Hoy, encontré en el devocional de Libertad Pura, la enseñanza acerca de esta amistad de responsabilidad. (Esas coincidencias organizadas por Dios...)

Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.

Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?

Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.

Eclesiastés 4:9 - 12

Es así como hemos aprendido que dos trabajando juntos pueden producir fruto espiritual (vs. 9), que pueden proporcionarse restauración espiritual (vs. 10), provocar celo espiritual (vs. 11), y que dos trabajando juntos pueden proporcionarse protección espiritual entre sí (vs.12).

Fue un devocional con mucho poder para mi crecimiento como hombre, y estoy seguro de que para mi amigo E, también lo será. Incluyo una más de las enseñanzas del mismo:

Viendo, pues, Joab que se le presentaba la batalla de frente y a la retaguardia, entresacó de todos los escogidos de Israel, y se puso en orden de batalla contra los sirios.

Entregó luego el resto del ejército en mano de Abisai su hermano, y lo alineó para encontrar a los amonitas. Y dijo: Si los sirios pudieren más que yo, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón pudieren más que tú, yo te daré ayuda.

Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere.

II de Samuel 10:9-12

El resultado final de esta batalla fue la victoria para los Israelitas. Lo que Joab dijo fue: "Usted me ayuda contra mi enemigo y yo lo ayudaré contra el suyo". Así que ellos juntos salieron victoriosos donde separados hubieran sido derrotados. Nosotros debemos proporcionarnos entre sí protección espiritual contra nuestro enemigo común. La manera como hacemos esto es orando unos por los otros, compartir "claves de la batalla" que nos ayuden, enseñando unos a otros la Palabra de Dios, y ayudándonos a amputar las causas del pecado. Ésta es una guerra ganable. ¡Pero se requiere de dos!

E, se que estás seguro como yo que venceremos al enemigo juntos como nunca antes, y que nuestra amistad será restauración para los que vendrán después.

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