Soy humano (en verdad las palabras saben distinto ahora para mí). Dios me hizo hombre, no finjo más. Soy un ser humano, no un hacer humano. ¿Me explico? No soy lo que hago, soy el hombre que Dios dice que soy.
Renuncio a estar haciendo cosas, a involucrarme en actividades distintas, para tener aprobación (de mi familia, de mi iglesia, de mis amigos) y estar ocupado. Ahora sólo quiero sentirme hijo amado.
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