sábado, 11 de octubre de 2008

Cuando Dios se convierta en mi riqueza

»Sométete a Dios; ponte en paz con él,
y volverá a ti la prosperidad.

Acepta la enseñanza que mana de su boca;
¡grábate sus palabras en el *corazón!
Si te vuelves al Todopoderoso
y alejas de tu casa la maldad,
serás del todo restaurado;

si tu oro refinado lo arrojas por el suelo,
entre rocas y cañadas,
tendrás por oro al Todopoderoso,
y será él para ti como plata refinada.

En el Todopoderoso te deleitarás;
ante Dios levantarás tu rostro.

Job 22:21-26 NVI

si tu oro refinado lo arrojas por el suelo, tendrás por oro al Todopoderoso... justo ahora siento que mi orgullo y la autoprotección, y la falta de perdón son el oro que he estimado. Y si escucho la instrucción de tirarlo... tendré a Dios ocupando ese lugar de valor. Todo este proceso ha sido difícil.

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