jueves, 6 de noviembre de 2008

Hasta nunca, Louise Ciccone

Ok, escondí esto durante años, y no tenía idea de cuanto me aprisionaba hasta que lo confesé a un compañero de responsabilidad. La primera vez que recuerdo haber visto un vídeo suyo fue alrededor de los 5 años. Desde esa edad vi en su música e imágenes lo que formó mucho de mi identidad / causó mucho del daño en mi vida.
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Ahora el Espíritu Santo me ha hecho entender cuan malo fue. Demasiada exposición a la perversión sexual, formó mis "gustos" y los hábitos nocivos de los cuales tuve que escapar. Siempre estuvo mal. Ver vídeos musicales a escondidas con el control remoto en la mano, tratar de obtener las fotos más subidas de tono, identificarme con todo un movimiento de identidad sexual, comprar sus discos cuando estaba en depresión..., contar las épocas de mi vida de acuerdo a las fechas de sus discos... idolatrarla hasta el punto de no poder dejarla más. Aún no entiendo como sus conciertos no han sido censurados por tanta pornografía (oh si, no hablo de ropa indiscreta, sino desnudez). Ahora los DVDs y YouTube la habían hecho más accesible cuando quisiera para mí.
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Hasta esta semana cuando la ansiedad afloró en mi vida y este amigo (que me confesó haber pasado luchas muy similares con "ella") me hizo entregarle mis discos y DVDs. Siento enorme desahogo (¿cómo pudo esto dominarme tanto? ¡¿como pudo ocupar un lugar tan grande, Dios?!) y no he sentido más el deseo quemante e hiriente de verla por un momento antes de dormir o de escuchar una canción suya para calmarme. Confieso una vez más que Dios es mi calma, que mi vida se cuenta por Sus maravillas en mis años, y que mi identidad y fortaleza sexual se basan en lo que Él como Padre me enseña ahora.

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