Publico en retrospectiva. Este fin de semana (extendiéndose hasta el día de ayer, martes), estuve luchando contra la tentación y las emociones nocivas. Lo que hizo este fin de semana diferente fue el horrible nivel de severidad de estas luchas... podría decir que fue el peor fin de semana en casi año y medio. Fue como un flashback de inmoralidad desde que yo estaba estudiando en los básicos, añadido a la idea recurrente de que no pertenzco al cuerpo de Cristo (una mentira ya vieja y vencida hace rato), que empezaron a cuajar en la mentira del enemigo "no he cambiado para nada, al contrario voy de regreso". Estuve batallando contra la no-pertenencia, la culpa, la vergüenza, el desaliento, y pasando esos momentos en los que el tiempo devocional parece no conducir a nada, las oraciones topan en el techo y la Biblia no tiene sentido.
.
Fue cansado día, tarde y noche. Especialmente de noche, un tiempo en el que no pude descansar por la ansiedad... Fue un fin de semana para tratar de mantener la calma y no comer compulsivamente (incluso tentado a refugiarme en el infame vaso de agua), y luchar contra la pereza de no hacer ejercicio. Este fue un fin de semana para ser radical y separarme de los amigos que intencionalmente me han invitado recientemente al pecado. Saludo de lejos y punto, nada de darle largas a la conversación.
.
Me he levantado de malas, dispuesto a hace daño y a ser verbalmente ofensivo, y a no perdonar. Pareciera que mientras los años pasan, estoy mejor dispuesto a ejecutar las peores ideas que se me ocurren.
.
Si estoy luchando tanto, y si no he cedido a ninguno de estos pecados, ¿entonces por qué siento que no gano?
No hay comentarios:
Publicar un comentario