lunes, 20 de julio de 2009

Un mundo seguro

Explicaba en una entrada anterior que no voy a pasar a una siguiente etapa de mi crecimiento hasta sentirme un hijo amado. Y eso es lo que voy a buscar. Durante este fin de semana estuve leyendo (varias veces) las páginas 41 y 42 de La Travesía del Corazón Salvaje; me quedé descansando en estos párrafos que había leído antes, y que explican lo que ahora vivo:

"Cuando Dios puso a Adán en el Edén, colocó a su hijo en un mundo que era, en aquel mismo instante, seguro y a salvo, pero lleno de misterios y aventuras."

"No había ninguna razón para tener miedo, pero muchas para ser osado."

"El mal está, de momento, bien sujeto. Este es el mundo que Dios tenía para el niño. Y este mundo es creado bajo la fuerza protectora de un Padre que lo hace sentirse seguro."

Mhmpff. Yo no me siento a salvo en este mundo. Estuve cenando con unos amigos -y entre el grupo se incluían varios desconocidos, y fue entonces cuando tuve plena consciencia de que siempre tengo expectativas de que algo malo me ocurra, o de que alguien me ataque.
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He estado consciente también de que cuando me voy a dormir, mis últimas ideas a veces son planes para enfrentar los problemas del día siguiente... pero nunca la confianza de que Dios los va a a arreglar. Las frases que escribió John Eldredge no tienen sentido en mi vida ahora... no tengo la certeza de que el mal está sujeto por mi Padre, sino que está libre a mi alrededor. No recuerdo haber tenido esa certeza alrededor de mi papá biológico.
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Así que ahora quiero traducir esta búsqueda en dos conductas específicas:
  1. Dormir bastante, hasta muy tarde cuando sea posible. Dormir con la confianza de que al día siguiente, cuando amanezca, todo va a estar bien, porque tengo un Padre que tiene al mal bien sujeto. Ya lo empecé a practicar durante el fin de semana, y aunque es una lucha mental antes de dormirme... se siente excelente despertarse cuando todavía es de madrugada y volver a dormir, pensando que puedo seguir descansando, porque mi Padre tiene bien sujeto a todo el mal.
  2. Buscar relacionarme más en grupos que no conozco pero que me agreguen valor, hacerlo de manera intencional y no cohibirme, sabiendo que no hay ataques o amenazas que puedan venir de otros. Esto para mí no es ser demasiado ingenuo, sino que estoy consciente de mi capacidad de vivir como hijo, como niño confiado... y si surgen problemas, pues mi Padre se encarga.

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