miércoles, 3 de marzo de 2010

Un ambiente incómodo entre hombres, que me hará crecer

Me siento incómodo en el grupo de hombres en el que he empezado a servir en mi congregación. Y realmente, esa incomodidad es intencional, pues mi mentor me ha enseñado que el crecimiento solo viene en lugares donde uno ya no está cómodo, donde uno debe aprender un nivel nuevo, y donde el desarrollo sea un reto.
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Para mí, compartir con un grupo de hombres es ese reto que he necesitado. Primero, porque allí no soy "el líder", ni "el adulto". Debo aprender como reaccionar a las bromas bien intencionadas pero rudas, a saber que no todo es un ataque, a integrarme al buen humor masculino que no es elaborado sino infantilmente inocente.
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Debo aprender a desechar mi temor de hacer bromas de tipo sexual y a aceptar que puedo disfrutarlas limpiamente solo por ser hombre, a conversar de otros temas como las armas de fuego, o los deportes, temas que no son aquellos a los cuales estoy acostumbrado. Debo recordarme a mí mismo que ahora soy muy niño, en una infancia que estoy aprendiendo a recuperar, y que así debo reaccionar y conducrime, con inocencia, humor confiado y expectativas positivas de la gente que me rodea.
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Este último martes encontré en mi interior cierto temor a deshacerme de mis limitantes que me hacen querer sentirme importante y excluido de ese círculo masculino, y elaboré una oración, muy en el contexto de Salvaje de Corazón, para romper con todo acuerdo que yo haya hecho que limite mi masculinidad, mi liderazgo, y mi comunión con otros hombres:

Papá, para sellar y acabar mi semana, declaro que rompo con cualquier pacto que yo haya hecho, con respecto a mi liderazgo, a mi servicio, a mis relaciones, a mis capacidades, a mi corazón como hombre enamorado y a mi condición de hijo.

No me limitaré para dejar de ser influyente, ni a ser valiente, a ser un conquistador, a escribir, a enseñar, a confrontar, a servir y a liderar.

No hay en mi vida palabras ni pacto con el diablo, que hagan que mi vida se estanque. Nunca.

Hoy decido filtrar todo apodo, ofensa, herida, emoción, deseo, pensamiento y actitud, en la Palabra de Dios.

Mi futuro nunca será robado ni encarcelado por un pacto que haya hecho antigua o recientemente.

En el nombre de tu Hijo Amado, hermano mayor de quien aprendo carácter, Amén.

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