lunes, 30 de julio de 2007

Gilgal, Viaje de Disciplina y Purificación

De la lectura de Paternidad Espiritual aprendo a seguir el camino de Eliseo para ser hijo espiritual cuando su padre terrenal ya no estaba presente. Sé que mis pastores tienen la capacidad de disciplinarme, y que muchas veces he actuado fuera de esa unción de hijo.
Eliseo acompañó a Elías a Gilgal, el lugar donde Josué quitó el oprobio de los israelitas que salían de Egipto, en la figura de la circuncisión. En los “Gilgal” de mi vida entiendo que debo detenerme y ser corregido.
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Salomón supo aferrarse a las palabras de su padre para hallar sabiduría. Y eso condujo a una vida de esplendor. Me engaño a mi mismo cuando creo tener capacidad de reprender a mis líderes espirituales, cuando los busco como padres.
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Quiero buscar la bendición de un padre espiritual para tomar mis decisiones.
Deseo preguntar cuáles son las cosas en que necesito ser corregido.
Soy hijo espiritual por ahora, y quiero someterme al proceso doloroso de circuncidar mi corazón, eliminando las mentiras que se han alojado en mí acerca de lo que ser padre en verdad significa.

Las palabras de los sabios son como aguijones. Como clavos bien puestos son sus colecciones de dichos, dados por un solo pastor.

Eclesiastés 12:11

El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso de la reprensión.

Proverbios 13:1

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