300 es una película que no recurre a la ternura ni a la comedia para demostrar con creces la esencia de la identidad de un hombre: Amar y ser fiel a su esposa, enseñar todo lo que sabe a su hijo, construcción de amistad con hombres que no temen comprometer su identidad, y pelear hasta morir por su libertad. Me gusta la película; me anima a pelear duro por lo que quiero como hombre en Cristo: Un futuro matrimonio sano, hijos a quienes heredar unción, amigos con quienes ganarle al enemigo y buscar la herencia de un padre espiritual.
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Al respecto de esto último, es impresionante la similitud de la película, del soldado que busca aprobación de Leonidas, su validación de identidad como hombre en batalla; sin embargo al no encontrarlo, busca una validación bastarda en el enemigo. He escrito en este blog algunas entradas de como he aprendido de Eliseo, quien buscó el manto de su padre espiritual Elías, con empeño y orden. Insisto, impresionante la metáfora del manto de validación, tanto en la película como en la historia bíblica.
1 comentario:
Para validar esto mire la pelicula q no sabia qu la tenian por ahi,
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