lunes, 23 de febrero de 2009

la falta de descanso es consecuencia de un fallo mío en obedecer

Mientras busco a Dios en mi retiro, sigo leyendo mi Biblia. Y hoy el pasaje que correspondía a mi lectura era Deuteronomio 5, una revisión y explicación que Moisés hizo acerca de los 10 mandamientos, con una nueva generación. En mi necesidad de descansar, encuentro estas verdades en los versículos 13 al 15:
13 Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer,14 pero observa el séptimo día como día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, (...).

Un amigo me hacía notar que a veces somos responsables de violar esta instrucción. No solo nos negamos el día de descanso, sino que en un día determinado no guardamos la proporción 6/1 del tiempo de reposo, yque tratamos de sacarle provecho a la jornada, más de lo que es prudente. La instrucción (¡es un mandato terminante, no una sugerencia!) de Dios es buscar descanso, no consumirnos. Cuando violo este mandamiento, Dios no tiene la 'obligación' de rescatarme, pues las consecuencias son algo que yo mismo he buscado. Debo volverme del mal camino, y ser obediente en descansar.
15 Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con gran despliegue de fuerza y de poder. Por eso el Señor tu Dios te manda observar el día sábado.
Y este pasaje me sorprende. Lo interpeto como "estás obligado a descansar. Recuerda hoy que te saqué de tu esclavitud personal -pecado sexual, desórdenes de personalidad, etc.-, así que ahora no se te ocurra ponerte voluntariamente bajo un nuevo yugo: la falta de reposo".
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Señor, me dispongo humildemente a huir de la esclavitud del desempeño, pues tú ya me hiciste libre.

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