martes, 5 de mayo de 2009

Brownies... carbonizados

Lee aquí la primera parte de esta entrada, Brownies... echados a perder, acerca de la lección sobre el sistema de punteos -brownie points-, recompensas y castigos con el que fantaseamos y nos engañamos Estas entradas tratan acerca de cuan duro ha sido para mí el golpe de darme cuenta de mis motivaciones verdaderas en lo que hago.
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Lo más amargo de mis Brownie Points (BP) es que todas las buenas obras que creí haber acumulado, no cuentan para Dios. Son nulas, no son tomadas en cuenta, pues no las hice con la motivación correcta. Tanto esfuerzo, y ante Dios mi contador está en cero.

porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego.

1 Corintios 3:11-15 NVI

No tengo ningún punto ante Dios. Mi construcción ministerial, algunas acciones que he tomado con la gente con la que me relaciono, mis buenas obras, todo es de paja y heno, y no soportan el fuego de la prueba.
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¡Mis 'brownies' resultaron quemándose! Podridos y carbonizados; con razón tengo esta sensación constante de vacío y pérdida. Lo único positivo de tener un contador de buenas obras en cero, es que recuerdo que no merezco castigos si las cosas no salen como yo esperaba (o como otros esperaban), y que puedo empezar a sumar puntos -de la clase de puntos que verdaderamente importan en la economía de Dios. Puedo sumar amor en lo que hago, agregar valor a la gente, y genuinidad.
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Puedo hacerlo en silencio, una acción a la vez, regresando a mi esencia, al entendimiento de que no he llegado aún a ningún etado de perfección, y que en el camino puedo disfrutar mientras me construyo recompensas... pero para recogerlas principalmente en mi cuenta celestial, no con recompensas humanas.
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¿Fue difícil reconocer lo inútil, lo estéril y lo ridículo de mi sistema de puntos? Oh sí, fue humillante. ¿Regresa poco a poco a mi corazón el arrepentimiento genuino? Sí, y vale la pena. ¿Cierro así una puerta más a la tentación sexual? Eso espero.

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