jueves, 28 de mayo de 2009

'Re-bien vos, gracias a Dios', parte 2

Mhmpf. Hay varias preguntas en las que he reflexionado desde anoche, y hoy mientras escribía la primera parte de estas entradas, acerca del papel de la voluntad en mi pureza sexual (es una excelente idea si lees la entrada anterior, que está justo debajo de la que estás leyendo, para obtener todo el concepto):
  • ¿Cómo procederá el Espíritu Santo para restaurar a un hombre que perdió su familia y ministerio?
  • ¿Nos hacen falta estructuras como Iglesia, como Cuerpo de Cristo, para rodear y apoyar a un hombre que lucha, y evitar estos desastres?
  • ¿Qué hace a un hombre decidir por el placer inmediato en lugar de una vida abundante a largo plazo, a pesar de haber sido advertido?
  • ¿Podríamos hacer algo para fortalecer la voluntad de los aconsejados?
  • ¿Qué tan cerca estoy YO de escoger el pecado?
  • ¿Qué tanto valoro YO el placer inmediato en lugar de seguir mi destino?
  • ¿Cómo puedo saber si estando YO frente a la tentación, podría reaccionar como "un buen soldado cristiano", o ceder también al pecado?
  • ¿Cuáles son mis opciones hoy, y qué decisiones debo tomar para no terminar dentro de seis meses en un estado de pecado?
  • ¿Quiénes de mis amigos o de mis aconsejados, terminarán dentro de seis meses en un estado peor que el actual, por no tomar decisiones radicales, o dejar todo para el día siguiente?

Puedo decirte que no todas mis respuestas están claras por ahora, y sería útil que tú reflexionaras en tus propias respuestas también. Estoy consciente de que ni Dios mismo puede obligarnos (obligarme) a escoger la mejor opción. Algo que guardaré para siempre en mi corazón es la forma en la que en el libro de Deuteronomio, luego de cada victoria, o en cada encrucijada, Dios le pega en la cara al pueblo de Israel con esta advertencia:

»Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.

Deuteronomio 30:19 NVI

A cada momento debían repetirlo. Sin embargo, su corazón estaba inclinado a escoger el mal, y Dios advierte a Moisés del desastre que se vendría encima.

Entonces el Señor se apareció a la entrada de la Tienda de reunión, en una columna de nube, y le dijo a Moisés: «Tú irás a descansar con tus antepasados, y muy pronto esta gente me será infiel con los dioses extraños del territorio al que van a entrar. Me rechazarán y quebrantarán el *pacto que hice con ellos.

Cuando esto haya sucedido, se encenderá mi ira contra ellos y los abandonaré; ocultaré mi rostro, y serán presa fácil. Entonces les sobrevendrán muchos desastres y adversidades, y se preguntarán: "¿No es verdad que todos estos desastres nos han sobrevenido porque nuestro Dios ya no está con nosotros?"

»Escriban, pues, este cántico, y enséñenselo al pueblo para que lo cante y sirva también de testimonio contra ellos. »Cuando yo conduzca a los israelitas a la tierra que juré darles a sus antepasados, tierra donde abundan la leche y la miel, comerán hasta saciarse y engordarán; se irán tras otros dioses y los adorarán, despreciándome y quebrantando mi pacto.

Y cuando les sobrevengan muchos desastres y adversidades, este cántico servirá de testimonio contra ellos, porque sus descendientes lo recordarán y lo cantarán. Yo sé lo que mi pueblo piensa hacer, aun antes de introducirlo en el territorio que juré darle.»

Deuteronomio 31:15-21 NVI

Yo sé que ahora tengo mis propios caminos, mis propios testigos, y mi responsabilidad personal. Esa es una de las razones por las que escribo este blog. Si voluntariamente abandonara lo que ahora tengo para ir en pos del pecado, entonces esta pantalla, y los lectores del mismo, serían testigos de que siempre yo mismo estuve advertido.

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