lunes, 25 de mayo de 2009

Safely Home / Reality Check

Me gustan estos dos títulos. Los puse en inglés porque son frases ya armadas en ese idioma que describen realidades para las que no tenemos expresiones en español.
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Reality Check, porque era lo que necesitaba al regresar a mi país. Mi cama que ya tiene varios años, el carro nuevo de segunda mano de mi hermana, mi cena de siempre con queso fresco, los desayunos de fin de semana con mis amigos, el transmetro, etc. Ya sé que sueno como el hombre menos cosmpolita del mundo, pero es cierto. No voy a continuar despotricando, pero basta decir que esta realidad me curó de la sensación de artificialidad que me estaba embriagando y asfixiando en Miami. Simplemente eso no fue real como mi vida cristiana se siente real. No mejor, solo eso... real.
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Safely Home, es el título de la pintura de Ron DiCianni que ya había incluido una vez en este blog, y que aparece arriba hoy. Ayer tuve tiempo de agradecer a Dios -buen Padre- por traerme a casa a salvo. Todo se trata de eso, y de sanar de los raspones de la batalla. Me sentía sucio, abollado, pero el fin de semana me ha ayudado a calmarme.
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Hubo frentes de batalla principales durante el viaje (aparte del campo ministerial), con sus victorias correspondientes:

Relaciones. Al mantener mi vista puesta en morir a mi necesidad de ser el centro de atención, pude ofrecer todo mi testimonio, mi consejo y buen trato a quienes se acercaron conmigo. Eso me quitó ansiedad, aunque también incluyó establecer límites para que respetaran mi independencia y mi espacio.

Finanzas. Regresé con la mitad del efectivo con el que salí del país. No adquirí ninguna deuda, y aunque me hastié en su momento de la presión de grupo por comprar y endeudarme, no adquirí cosas innecesarias, y estoy libre de culpabilidad. Ahora puedo invertir mi dinero como ahorros, en educación o en mi carro. Para mí es un gran triunfo pues me he dispuesto a vivir la frugalidad y la disciplina como valores de masculinidad. Tengo metas financieras para el 2009, que construirán mi seguridad financiera en años posteriores, y siento que son las primeras veces en las que soy responsable ante Dios por ser un buen administrador.

Ejercicio. Estar fuera del país no fue una excusa para no salir a correr, y para comer mal. Al contrario, fue una experiencia muy disfrutable.

Sexualidad. No estoy en pecado. No caí en auto-satisfacerme, a pesar de la tentación. No desaparecí del mapa, y me mantuve rindiendo cuentas. No compré porno, aunque la ocasión se prestó y nadie me hubiera descubierto. Mi sexualidad se hizo sólida, y ejercí mis decisiones de sentir una atracción por las chicas que me gustan.

Sip. Estoy de regreso en casa.

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