viernes, 20 de noviembre de 2009

La maldicion de no ser guapo, Parte 2

Hace un tiempo escribí una entrada acerca de como un daño en mi identidad sexual fue la mentira de que yo no era guapo ni interesante como hombre, y que no pertenecía al género masculino.
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Cuando necesito que mi mente sea transformada, recurro a mi Biblia (más bien a la concordancia, jeje), y puedo buscar los versículos que explican lo que realmente debo pensar. En esta búsqueda, descubrí que mi Biblia me llama primero a ser guapo, agradable... por dentro. Realmente ya había olvidado esta verdad que me enseñaron hace años.
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Así que me dispuse a personalizar estos versos, como confesiones de fe, para cambiar mi forma de pensar acerca de mí mismo:
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Oh Dios, quiero ser un hombre que no dependa de adornos externos para considerarme guapo. Más bien, quiero que ser considerado guapo por tener un interior incorruptible, con una belleza que procede de un corazón lleno de un espíritu suave y apacible. Quiero que ese sea mi valor verdadero ante Dios. 1 Pedro 3:3-4

Dios mío, tu hiciste brillar tu luz en las tinieblas, haz brillar tu luz en mi corazón de tal manera que conozca tu gloria, y que mi rostro refleje esa gloria, tal como la cara de Cristo lo mostró. 2 Corintios 4:6

Padre, quiero ser un hombre que sea considerado hermoso por traer las buenas nuevas de salvación, por llevar tu mensaje de restauración. Quiero ser agraciado y bien recibido porque agrego valor a donde llego. Romanos 10:15

Dios mío, tú tomaste tu tiempo y un momento especial para hacerme guapo, enmedio de una obra tan grande que no puedo comprender de principio a fin. Gracias porque en tu tiempo infinito, te tomaste el cuidado de crearme. Eclesiastés 3:11

Padre, me creaste a tu imagen y semejanza. Eso significa que manifiesto tu hombría, la creatividad que manifestaste como Creador, y completo en tí. No puedo considerarme feo ni inferior, pues mi cara y mi cuerpo te muestran a tí. Ayúdame a esforzarme por parecerme cada día más a tí, y a Cristo. Génesis 1:27
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Ver versículos aquí.

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