viernes, 20 de noviembre de 2009

Mi enorme error, al intentar escapar del pecado sexual

No se amolden al mundo actual y a esta época, no se hagan a la manera ni se adapten a sus costumbres superficiales, sino sean transformados y cambiados mediante la entera renovación de su mente, por sus nuevos ideales y su nueva actitud. Así podrán comprobar por sí mismoscuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta, incluyendo todo lo que es bueno a sus ojos para ustedes. Romanos 12:2 AMP

No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14 NVI

Nota en este verso que renovar nuestra mente nos conduce a la transformación. La palabra griega para esto es metamorphoo, de donde viene nuestra palabra metamorfosis, que significa un cambio completo en nuestra naturaleza, de la misma manera que una oruga se convierte en mariposa; de hecho, la composición, la estructura y la anatomía de una mariposa no son “modificaciones” de la oruga, sino un animal totalmente distinto.

Hace dos años, mi vida empezó ese cambio de naturaleza, y yo no soy quien antes solía ser. En ese entonces yo era oruga, y me arrastraba en la tierra del pecado. Poco a poco he podido cambiar, y convertirme en alguien que puede desplegar el vuelo. Hice mi curso de Libertad Pura, y luego el curso de mentores. Reconocí luego que tenía problemas con un desorden alimenticio, y entonces completé el curso La Mesa del Señor. Y ahora estoy haciendo un tercer curso, Por sus Heridas, que trata con ciertos impulsos de mi carácter.

Sin embargo, reconozco que cometí un error grande en cada ocasión. Pensé que la metamorfosis consistía en los 60 días que cada curso duró, y que ya estaba listo para dejar cada hábito atrás y nunca volver a verlos. Sin embargo, dos años después, las tentaciones han persistido, otras han regresado, y otras han evolucionado. Y en medio de todo esto, mi frustración ha sido grande, y mis dudas con respecto a mí mismo han crecido: ¿Será que nunca cambié en realidad? ¿Por qué la tentación se ha hecho más severa algunos días, incluso más que antes? ¿Por qué a veces experimento la misma necesidad que tenía cuando empecé Libertad Pura?

Y la respuesta la encontré en una de mis lecciones en Por sus Heridas, y por revelación en Su Palabra: el proceso de metamorfosis no se ha completado aún, pues va a ser una constante durante el resto de mis días. Entendí que esto no es falta de fe, sino que los pasajes con los que inicia esta nota están redactados para mostrar que la transformación y la renovación de la mente son procesos de cada día, siempre cambiantes, siempre en victoria.

Así, puedo definir que no he terminado el curso de Libertad Pura aún -o cualquiera de los otros que he hecho, y que seguiré en la batalla probablemente durante muchos años. Ahora la mentira que había creído suena absurda: ¿Quién me dijo que ya me había “graduado” en pureza, que ya era un experto en libertad? Esta verdad no trae condenación a mi vida, sino gran gozo, pues sé que la graduación no está en la tierra, en el día 60 de mi curso, sino en el cielo, donde me espera el premio verdadero, y que aquí en la tierra, puedo vivir mi libertad en el supremo llamamiento, en el propósito que encontré en Dios mediante la libertad. (Fil. 3:12-14).

(Originalmente publicado aquí).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta este tenes razon y me siento identifiado porque aveces tambien me desespero :S pero es cierto es un proceso. Solo pido la ayuda de Dios ya que es fuerte pero buenos como lo que dice Joyce meyer, no dejarnos llevar por las emociones y asi. ;) me siento muy identificado con tus luchas, en especial esos lapzos de tiempo en que sentimos el amor de Dios y lloramos por su cariño.