sábado, 2 de mayo de 2009

No permitiré que mis amistades se conviertan en dependencia / La amistad no significa resolverle la vida a alguien

La semana pasada escribí un comentario preguntandole a Geoffrey Greif si iniciaría una serie de entradas en su blog acerca de The Soloist, la nueva película de Robert Downey Jr. y Jamie Foxx. No sé si la entrada que recién publicó esta semana es una respuesta, aunque me gusta pensarlo así. En el link incluido puedes leer su punto de vista, pero yo ahora escribo lo que pienso luego de leerlo, acerca de la naturaleza de las amistades entre hombres, y una forma en las que estas pueden corromperse. Este es un tema acerca del cual me gusta pensar y escribir, pues la construcción de relaciones sanas con otros hombres sigue siendo una arte integral de mi sanidad.
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Greif ha escrito un par de veces acerca de como Aristóteles hubiera descalificado una amistad como la de los personajes de The Soloist. Segón su punto de vista, no hay amistad si dos hombres necesitan o dependen de un beneficio mutuo en la relación. Y esto hace mucho sentido, pues recientemente yo me he encontrado que algunos de mis amigos han dejado de serlo, para convertirse mas bien en mis pacientes. Quiero decir, que no siento mas su amistad, sino su dependencia de mi. Y no se siente sano.


Ok, no soy psicólogo profesional, pero estoy haciendo una metáfora. Me explico a continuación (he pasado un tiempo difícil enfrentando esto, pero no es un lamento, sino una explicación de como los límites en una amistad tambien son utilísimos):
Cuando estoy con alguien, de repente me doy cuenta de que si vamos a hablar de sus problemas, podemos tener una conversacion de hasta dos horas. Si se trata acerca de mis problemas, nunca hay tiempo. Nunca, y lo digo habiendo evaluado detalladamente el numero de veces en las que he necesitado ayuda y no la he obtenido. Las conversaciones ya no son entretenidas, ni anecdóticas. No me encuentro pasándola bien mientras hacemos una tarea en común, por ejemplo - o compartiendo un pasatiempo. Todo se trata de problemas personales.

El 98% del tiempo lo invierto en solucionar problemas matrimoniales, laborales y personales de algunos con quien estoy mantengo una conversación. Cuando veo una llamada entrante en mi teléfono sé que es por que hay un problema. Incluso veo a algunos hacer tiempo para salir con otros amigos, pero no conmigo... y entiendo que yo mismo me he buscado el disfraz de consejero o psicólogo.
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Estos son los momentos en los que me he dado cuenta de que la amistad se ha corrompido, y que gran parte de la responsabilidad es mía, por haber creído que yo como amigo siempre tengo que que solucionar los problemas de otros para considerarme como tal.
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En conclusión, he tomado decisiones para poner un balance. Primero he hablado al respecto con algunos de mis amigos, y no ha sido fácil. Me he reconocido a mi mismo que no estoy haciendo un berrinche, sino que tengo una necesidad legítima de tener amigos, para crear un círculo de protección, lejos de hombres con quienes pueda encontrar rápidamente una relación pecaminosa o sexualizada.
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Luego, decido dejar algunas conductas o procurar otras: No atenderé a toda hora problemas personales. Seguiré buscando espacios para conversaciones improvisadas, para actividades que no incluyen consejería, sino por la pura gana de tener entretenimiento. Voy a seguir buscando amigos con quienes compartir entretenimiento, y no solo problemas. Espero que estas acciones me aseguren paz, y espero así construir amistades genuinas, en lugar de dar consultas gratuitas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ernesto creo que tienes razon en lo que sientes. te bendigo y espero que disfrutes mas de ti mismo. y de hacer lo que te gusta para disfrutar tu vida personal.
con aprecio y respeto Eduardo