martes, 8 de septiembre de 2009

Mi nuevo nombre: segunda parte

Muy importante: Debés leer el inicio de esta entrada, al hacer clic aquí.
.
Así que me tocó un nombre inesperado, y con demasiadas consonantes. Sabía quien era Melquisedec, y lo que hizo, pero quise comprobar en mi Biblia. Mientras el resto de hombres se concentraba en la prédica, encontré estos pasajes... y entendí por que Dios quería llamarme así.
.
Génesis 14
Abram incursiona y pelea contra Quedorlaomer, para rescatar a los capturados por Sodoma y Gomorra. Se los arrebata -junto a los bienes materiales de los captores-, y cuando regresa, sale a recibirlo Melquisedec, quien le ofrece pan y vino, y quien da bendición a Dios y a Abram por el rescate.
.
Fue entonces cuando sentí/escuché en mi interior,
"Tú eres mi Melquisedec ahora, el que envía a sus amigos a arrebatar a los cautivos de las ciudades de pecado sexual, y me los trae de regreso. Tú recuperas incluso el dinero que el pecado se robó, y me lo dedicas. Tú ofreces ahora el pan y el vino -el alimento y la medicina- para el quebrantado sexual, y me los ofreces a mí, en sacrificio que me es agradable".

Hebreos 7
El autor continúa una explicación del evento registrado en Génesis, y narra que Melquisedec significa rey de justicia, y rey de paz. Detalla como este orden de sacerdocio no tiene inicio ni final, que él no fue nombrado por un requisito legal, sino conforme al poder de una vida indestructible. Invita a considerar su grandeza como hombre, e indica la forma como Melquisedec no tuvo a alguien que le precediera, o a quien se le comparara, y que es figura de Cristo, el sumo sacerdote.
.
Si el primer pasaje no fue suficiente para hacerme llorar, y saber que Dios confirmaba mi decisión de iniciar en un puesto nuevo, con este segundo pasaje, continuó la conversación de Dios conmigo:
"Tú fuiste nombrado para ocupar el puesto que tienes, no por un requisito legal, sino porque considero que tienes una vida indestructible. Sobreviviste a mucho, y sigues en pie. No tienes a alguien con quien te comparen, ni hubo nadie previo a tí. Eres hombre grande para mí, de justicia y de paz. Eres mi figura de Cristo en tus días".

Así lloré, y lloré largo rato. Nunca podría haber armado o inventado ésto. Fueron Sus palabras directo a mi corazón y a mi mente; la destrucción de las dudas acerca de mi llamado, de las comparaciones que yo mismo hacía con otra gente que consideraba mejores a mí, y también indicaciones de lo que de entonces en adelante, consistiría el centro de mis actividades: Rescatar, alimentar y sanar al quebrantado sexual.
.
Aún continúa...

1 comentario:

Sergio M dijo...

Me gusto mucho esto. Si definitivamente cada nombre tiene su historia.