¿Qué es lo más relevante que ha sucedido en estos meses? Bueno, empecé a salir con una amiga - salimos como amigos desde inicios de este año.
Hay mucho que puedo escribir al respecto, pero ahora hago énfasis en las diferencias entre estar enamorado de ella, y la atracción hacia el mismo sexo que antes sentía.
Haciendo el borrador de esta nota, meditaba que ni siquiera sé si ambas cosas pueden compararse o si es legítimo hacerlo, pero vale la pena hacer el intento. Estoy consciente también de que tengo como creencia que una relación heterosexual no es la cura para la atracción hacia el mismo sexo, ni tampoco es una 'meta por cumplir'. Esta situación es una consecuencia de los cambios de vida que Dios ha hecho en mí, y no siento que haya 'llegado ya'.
Dicho esto, he estado recordando en cómo poco a poco me enamoré de ella, y del proceso que ha tomado. Alguna vez estaba hundido en la necesidad de ser validado y aprobado por un hombre, pero por obra de Dios mi identidad se fue llenando de tal manera que empecé a sentirme necesitado por una mujer (no una persona en específico, sino simplemente lleno como para vertirme en alguien más). Y aunque eso era lo que esperaba, nunca imaginé que al hacerlo, iba a ser amado en forma increíble también (en verdad nunca lo pensé, no tengo muchos esquemas o experiencia previa).
Ser amado así, recibir ese afecto tierno, ser cuidado, es un estado tan opuesto a una 'relación' homosexual. Hay algo en la naturaleza de una mujer, una suavidad que ningún hombre puede imitar. Saber que existe alguien que espera mis cuidados, que se siente segura a mi lado y se siente satisfecha con mi hombría, son regalos que el pecado nunca pudo ofrecerme.
Ninguna violencia ni competencia como antes, sino una caballerosidad que se construye cada día. En lugar de paranoia o inseguridad al verme proyectado en lo que otro hombre tiene y yo no, tengo la certeza de mostrarme en público con orgullo por tener una mujer que me ama conmigo. Es la sensación de ser vulnerable y limpio, con un amor que no resta ni me drena, sino que me agrega y me renueva.
Y me sigue pareciendo impropia la comparación. El pecado y la restauración no van en la misma carpeta.
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